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sábado, 27 de mayo de 2017

Los cruceros Bolinder´s de la Compañía Arrendataria de Tabacos.


En el año 1921 la Compañía Arrendataria de Tabacos, una vez vencidas las reticencias del Gobierno, decide renovar su flotilla marítima para reprimir el contrabando y sobre todo con el fin de luchar más eficazmente contra el tráfico ilegal de tabaco que había experimentado un notable aumento en los últimos años. La idea no era otra que la de dar de baja aquellos viejos vapores, faluchos y barquillas que mantenía en servicio, la mayoría botados en el siglo XIX, para sustituirlos con unidades de nueva construcción más rápidas y eficaces.


Un primer diseño de lo que luego serían los patrulleros de la serie cruceros Bolinder´s.


Imagen de los seis cruceros construidos en Euskalduna.

Por Real Orden de 8 de mayo de 1922 y sucesivas, se aprueban las incorporaciones de unidades tan novedosas en España como las C.M.B.s (Coastal Motor Boat) que habían servido en la Primera Guerra Mundial y que desarrollaban velocidades entorno a los 40 nudos.


También por esas fechas se construyen en los astilleros de la Compañía Euskalduna de Construcción y Reparación de Buques de Bilbao los seis buques de la Clase “Inspector” dotados de novedosos motores diésel.


Acuarela de un crucero Thornycroft de la sede de Tabacalera. También conocidos en la C.A.T. como balandras.

Por otro lado también se construirían en nuestro país otros patrulleros de menor porte que los anteriores y que fueron denominados “Cruceros”. El nombre que se le dio a esta serie nada tiene que ver obviamente con el concepto de crucero referido a un buque de guerra, si no a las navegaciones que realizaban habitualmente los buques del Resguardo Marítimo en sus misiones de vigilar la costa o cruzarla entre uno y otro punto geográfico.


El pié de la foto original dice así: Gasolineras de la CAT en el carro grande del varadero de Barcelona, Memoria de la Junta de Obras del Puerto de Barcelona 1922 1924.

Según mis datos, y haciendo la salvedad de que prácticamente no hay nada escrito sobre la materia, la serie “Crucero” llegó a contar con 21 embarcaciones. Debo aclarar asimismo que las primeras seis unidades de esta clase (del “C-1” al “C-6”) nada tenían que ver con el resto salvo en su desplazamiento que era similar.


El crucero C-7 aún en grada.

Estos seis primeros barcos de la clase habían sido construidos por los astilleros Thornycroft de Inglaterra, y eran unos bellos motoveleros que oficialmente eran conocidos como “Buques Mixtos” en la C.A.T. (Compañía Arrendataria de Tabacos) y popularmente por los marinos de la tabacalera como “balandras”. 


En cuanto al tema de este artículo los buques de la serie crucero numerados del “C-7” al “C-21”, hemos de mencionar que fueron todos construidos en España si bien su diseño puede deberse posiblemente a Thornycroft extremo que por el momento no puedo confirmar. Es seguro que parte de estos se construyeron en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval de Sestao, y otros en la Unión Naval de Levante de Tarragona, pues hay datos y fotografías que dan testimonio de ellos. El resto según el proyecto de la C.A.T. recogido en el libro “Tabacalera y el Estanco del Tabaco en España 1636-1998” de Francisco Comín Comín y Pablo Martín Aceña, debieron ser construidos en Gijón.


De esta forma los buques numerados “C-7” al “C-12”, es decir las seis primeras unidades, se completaron en la S.E.C.N. (Sociedad Estatal de Construcción Naval) de Sestao, y las cinco últimas del “C-17” al “C-21” lo fueron en Tarragona. Por consiguiente las cuatro embarcaciones restantes del numeral “C-13” al “C-16” debieron las construidas en astilleros de Gijón.  


Cruceros en Euskalduna en diversas fases de construcción.

En 1.921 la C.A.T. contrató con la Naval de Sestao la construcción de seis pequeñas lanchas de 27 toneladas, numeradas de “C-7” a “C-12”, como leemos en el libro Obras de la Sociedad Española de Construcción Naval de 1.922: Buques para el Servicio de Vigilancia, de la Compañía Arrendataria de Tabacos.- Firmado el contrato con dicha Compañía en el mes de Septiembre último para la construcción de seis embarcaciones de unas 27 toneladas de desplazamiento, con motores de combustión interna, números “C-7” al “C-12”, se procedió a ella con toda actividad, estando al presente casi terminadas. Los números “C-7” y “C-8”, fueron botados al agua el 1 y 6 de Marzo último, respectivamente; están verificando sus pruebas oficiales y en breve serán entregadas a la referida Compañía. Tenían los números de grada 22 y 23.


Pruebas de mar del "C-7".

Por otra parte en el libro Obras de la misma sociedad de 1.923, se lee: Se terminaron los cuatro últimos vaporcitos de vigilancia para esta Compañía, que fueron botados en las fechas siguientes: El Núm. 24 (de construcción), el 5 de Abril de 1.923, es terminado el 23 de Julio de 1.923; el Núm. 25, el 9 de Abril de 1.923, es terminado el 17 de Agosto de 1.923; el Núm. 26, el 17 de Mayo de 1.923, es terminado el 17 de Agosto de 1.923;  el Núm. 27, el 18 de Mayo de 1.923, es terminado el 17 de Agosto de 1.923.


Estos buques fueron entregados a la Compañía Arrendataria en fecha 12 de Septiembre de 1.923, después de haber realizado las pruebas oficiales, que tuvieron lugar en aguas de Cádiz en los primeros días del citado mes.


De las unidades de la clase “Crucero” construidas en Tarragona gracias al Museo Marítimo de Barcelona disponemos de diversos planos que en este admirable instituto han conservado con sumo cuidado de tal forma que hoy podemos contemplarlos en perfecto estado como un verdadero tesoro de nuestra historia naval. Quiero hacer un paréntesis para agradecer aquí la amable acogida que me depararon en su día con motivo de mi visita, les estaré siempre agradecido. 


Pruebas de mar del "C-18".

Los planos se presentaron al Lloyd´s en septiembre de 1923, y es posible que las obras comenzaran el 3 de mayo de 1924. Las embarcaciones se construyeron íntegramente en los Astilleros de Tarragona, y fueron bautizadas “C-17”, “C-18”, “C-19”, “C-20” y “C-21”, siendo entregadas en octubre de 1925. A partir de esa fecha con las siglas C.A.T. en la chimenea comenzarían a prestar servicio en distintos puntos de la costa española.


Debemos dejar constancia aquí de que justamente el crucero “C-17” fue el primer buque en ser construido por los astilleros de la Unión Naval de Levante de Tarragona.

Boceto que data de la Guerra Civil Española donde se dibujan los perfiles de los buques de la C.A,T. con bastante detalle.

El casco de estos barcos se fabricó con acero Siemens, y según datos fiables a partir de los planos del “C-17” podemos decir que al menos los fabricados en Tarragona tenían una eslora de 22,85 metros, una manga de solo 3,5 metros y un puntal de 1,42 metros. Desplazaban 37,50 toneladas, y tenían un T.R.B. de 36,19 toneladas. Su propulsión estaba confiada a un motor semi-diesel Bolinder´s de 200 caballos indicados, que les permitía una velocidad máxima de 12 nudos. Disponían además de un aparejo de dos palos en los que supuestamente podían armar velas, aunque parece ser que nunca lo hicieron.


Mala fotografía del crucero "C-21", pero válida como testimonio a falta de otra mejor.

Debo destacar en este punto que existen algunas visibles diferencias externas entre las distintas unidades de los cruceros Bolinder´s, y quizás algunas internas. Llama la atención primeramente el número de palos de estas embarcaciones, ya que los construidos en Sestao llevaban uno solo con una larga botavara. A diferencia de estos, los botados en Tarragona disponían de dos mástiles de dudosa función ya que el trinquete no podría arbolar vela cangreja porque la chimenea impediría el trasluchar de la botavara; ausente por otro lado. No fue fácil para los buques desprenderse de velas y mástiles después de siglos usándolos.


El crucero "C-15" en la posguerra.


Es el de las chimeneas otro detalle que debe llamarnos la atención. Se puede apreciar en diversas fotografías, que los barcos de la primera serie montaban dos chimeneas justo detrás del puente, a diferencia de los que vieron la luz en Tarragona que montaban una sola, de mayor tamaño y más retrasada hacia popa. A mi juicio puede deberse a que las primeras lanchas montasen dos motores Bolinder´s de 80 HP cada uno, como figura en algunos documentos y terminasen sus escapes en sendas chimeneas. En algunos documentos relacionados con la serie de Tarragona también se habla de dos motores de 80 HP, pero entre los planos que se conservan en el Museo Marítimo de Barcelona figura uno de un motor Bolinder´s de 160 HP que prueba que al menos esta última serie llevó este motor y por lo tanto una sola chimenea; eso si, de mayor tamaño. De la misma forma se aprecia que las lumbreras y por lo tanto quizás también la propia sala de máquinas, están desplazadas más hacia popa en las últimas unidades. Son diferencias o mejoras normales por otro lado, que siempre se han dado en construcción naval basadas en la experiencia acumulada por los buques que se han construido con anterioridad y que ya han sido probados en servicio.


En esta imagen del puerto de Málaga de los primeros años veinte, se puede apreciar el antiguo atraque de las unidades de la C.A.T. en la parte izquierda de la fotografía, identificándose un crucero mixto, un Bolinder, y la parte de popa de un buque Inspector.

Justamente la característica de su propulsión, es decir a base de motores diesel determinó que estas lanchas se denominaran en el seno de la C.A.T. oficiosamente “cruceros Bolinder´s” ya que esta era la marca de sus motores de combustión interna, toda una novedad para una época donde imperaban las máquinas a vapor. Muchos años después en la década de los ochentas del siglo veinte, el cuerpo heredero del servicio de vigilancia ahora Servicio de Vigilancia Aduanera adquirió una serie de lanchas rápidas construidas en Vigo por la casa RODMAN, y aunque la denominación oficial de estas embarcaciones era la de RODMAN 46, el personal del S.V.A. las conocería como “Hachejotas” (de HJ: Hidro Jets) dado que este sistema de propulsión era una novedad que distinguía a estas unidades por aquel entonces de las del resto de la flota. Esta tendencia no es única, los contrabandistas también las bautizaron y las conocían como las “turbos”, al usar turbinas en lugar de hélices para su propulsión.


Muelle de la Concepción de Cartagena, entre 1927 y 1938. Un buque mixto abarloado a un crucero Bolinder, y otro más en seco.

Otro pequeño detalle que distingue a estas unidades es el que las lanchas construidas en Sestao dispusieran de dos anclas en sus respectivos escobenes, y las últimas solo de una.


Según el anuario de 1928 de la C.A.T., podemos saber que el “C-12” y el “C-21” sirvieron en la zona de Baleares. El “C-17” estuvo durante años en Barcelona, el “C-14” en Bilbao, y el “C-16” sirvió en la base de Cádiz. Los “C-7”, “C-8”, “C-9” y “C-19” de base en Cartagena, prestando servicio en Málaga el “C-20”. El “C-15” en San Sebastián y el “C-18” en Valencia. Los “C-10”, “C-11” y “C-13” al parecer permanecían inactivos en ese año de referencia en Cartagena, ignorando el motivo aunque bien pudiera deberse a falta de personal.


Las unidades de la C.A.T. (Compañía Arrendataria de Tabacos) eran auxiliares de la Armada Española y participaban incluso en maniobras navales en tiempos de paz. Serían militarizadas en 1.936 tomando parte en la Guerra Civil, para una vez finalizada la contienda integrarse las supervivientes en la Compañía Tabacalera, S.A., y posteriormente acabar sus días como patrulleros del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal aunque por escaso tiempo.

Durante la Guerra Civil formaron parte de la flota republicana al menos, el “C-1”, “C-2”, “C-3”, “C-4”, “C-5”, “C-16”, “C-17”, “C-18”, “C-19”, y “C-20”. Según Rafael González Echegaray en su magnífico libro “La Marina Mercante y el Tráfico Marítimo”, el “C-17” fue bombardeado y hundido por la aviación nacional en Enero de 1.939 cuando se encontraba en Barcelona junto a otras unidades navales de la República, aunque posteriormente fue recuperado y alistado nuevamente.


Concreta Juan Pardo San Gil en su interesante libro “La Marina Auxiliar de Euskadi”, que la “C-17” resultó hundida en Barcelona el día 23 de Enero de 1939 durante un bombardeo de las fuerzas nacionales. Su capitán era en aquellos momentos Secundino Arguinchona. Precisa igualmente Pardo San Gil que las lanchas “C-2” y “C-5” resultaron hundidas en Valencia en los últimos días de la guerra.


Al servicio de la marina de guerra nacional, estuvieron los “C-4”, “C-6”, “C-14”, “C-15”, “C-16”, “C-20”, y “C-21”. No existe ningún error al figurar un mismo patrullero en las listas de las dos armadas beligerantes, esto se debe a que si bien inicialmente casi todos estuvieron en manos de la República, luego fueron incorporados a las fuerzas del general Franco según sus tropas iban ganando terreno. No es nada raro este hecho, sirva como ejemplo el caso de sus hermanos mayores, los patrulleros de la clase “Inspector”, que inicialmente quedaron en su totalidad (6 unidades) en manos republicanas, pero durante el conflicto fueron engrosando paulatinamente la lista de la marina nacional los “I-2”, “I-4” e “I-6”. La “I-5” fue hundida por el crucero Almirante Cervera en la zona de Estepona, y las “I-1” e “I-3” escaparon a Francia.

Aclara José Luís Alcofar Nassaes en su libro Las Fuerzas Navales en la Guerra Civil Española, que las “C-4”, “C-16” y “C-20” fueron capturadas en Málaga al tomar las fuerzas nacionales la capital de la Costa del Sol.

Evidentemente las misiones que se les fueron encomendadas a estas unidades durante el conflicto, fueron de menor importancia y acordes a su tamaño, consistiendo por lo general en labores de vigilancia de puertos, desembocaduras de ríos y zonas costeras. 



Se tiene la certeza de que durante la Guerra Civil, estas unidades fueron armadas con distintos tipos de ametralladoras. Solo puedo detallar aquí la pieza que montaba el crucero “C-14”, pues Artemio Mortera Pérez en su libro La Artillería Naval en la Guerra Civil Española 1936/39 la describe como una Maxim de 37 milímetros. Conocidas popularmente como “pom-pom” estos cañones de tiro rápido más que ametralladoras, tuvieron una gran repercusión internacional en su época, usándose en las grandes unidades navales como defensa contra buques torpederos. Disparaban proyectiles del calibre 37x95R, y tenían una cadencia de tiro de 300 disparos por minuto.

Acabada la Guerra Civil Española como hemos mencionado anteriormente, los cruceros Bolinder´s pasaron a servir en la flota de Tabacalera, S.A, acabando sus días los últimos supervivientes en el Servicio Especial de Vigilancia Fiscal donde fueron sustituidos por unidades más modernas. En verdad debieron ser unas bien terminadas embarcaciones pues algunas de ellas estuvieron en servicio más de lo razonablemente esperado, y luego de pasar por duros años de guerra. Prueba de ello es este anuncio en el que se publica la subasta del crucero “C-21” en 1960, después de 35 años de su entrada en servicio. 

BOE Núm. 248 de 15 de Octubre de 1.960

RESOLUCIÓN del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal por la que se anuncia enajenación en pública subasta de una embarcación afecta al Servicio Especial de Vigilancia Fiscal.

En virtud de lo acordado por el Ilmo. Sr. Subsecretario de Hacienda en 21 de septiembre de 1.960, se celebrará subasta pública para la venta de la embarcación, cuyas características, emplazamiento, valoración y demás circunstancias seguidamente se detallan:
Embarcación “C-21”.- Eslora: 22,86 metros; manga: 3,47 metros; puntal: 1,31; desplazamiento: 35 toneladas. El casco es de acero, de construcción tranversal y remachado. Propulsión por un motor “Bolinder´s”, semidiesel, de cabeza caliente, 4 cilindros, con arranque por botella de aire y soplete, de 160 HP, de potencia a 360 r.p.m., que mueve un eje, con camisa de bronce y hélice del mismo material. Grupo electrógeno con motor “Bolinder´s” de 4 HP., acoplado a dinamo de 1 Kw. A 12 voltios.
Emplazamiento.- A flote en el puerto de Palma de Mallorca.
Valor para subasta.- Ciento noventa mil pesetas (190.000).
El detalle del lote con los elementos que se enajenan, así como las demás condiciones de esta subasta, se encuentran a disposición de los interesados en las Secretarías de esta Inspección General, plaza de Colón, 4 Madrid, y en las Delegaciones de Hacienda de Baleares, Barcelona, Valencia, Málaga, Cádiz y en las Subdelegaciones de Vigo y Cartagena.

El acto de la subasta tendrá lugar el día 24 de noviembre del año actual, y los pliegos podrán presentarse hasta las doce horas del citado día, en la Secretaría de esta Inspección General y en la de la Delegación de Hacienda de Palma de Mallorca. 



Mi más sincero agradecimiento al Museo Marítimo de Barcelona y al personal que allí desarrolla su gran labor.



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